Estamos seguros de que, si te hablamos sobre parquet flotante, el concepto te resultará familiar, pero ¿alguna vez te has preguntado realmente en qué consiste y de donde proviene este tipo de instalación de suelos?
A pesar de tratarse de uno de los estilos más comunes entre los pavimentos de las edificaciones del siglo XXI, existe mucha confusión en torno a este término. Esta confusión ha llevado por ejemplo a que resulte común mezclar el parquet con la tarima o incluso con los suelos laminados. Y es que, a pesar de que los tres son revestimientos que trasladan el aspecto de la madera a tu hogar o espacio de trabajo, las diferencias entre estos tres materiales son numerosas.
Si quieres conocer más sobre las diferencias entre los suelos de madera natural, el parquet y la tarima, recuerda que ya te hablamos en profundidad sobre ello en este otro post. En el artículo de hoy haremos un repaso sobre el parquet flotante para acercarte un poco más a sus características, su historia y su modo de instalación poniéndolo también en comparación con la tarima y los suelos de madera natural para que así queden claras las diferencias. ¿Estás preparado para saberlo todo sobre este tipo de instalación de suelos de madera? ¡Comencemos con 3 puntos clave!
La palabra parquet, proviene del antiguo término francés parchet, que literalmente significa “un pequeño espacio cerrado”. En la actualidad esta palabra importada del idioma galo hace referencia al conjunto de piezas de madera, habitualmente cuadradas en diagonal y utilizadas para el revestimiento de suelos que cobró importancia en Francia allá por el Siglo XVII sirviendo como alternativa a los suelos de mármol que se estilaban hasta la época.
Su extensión está estrechamente ligada a la construcción del prestigioso Palacio de Versalles, cuya belleza propició que se extendiese rápidamente por toda Europa, sustituyendo a los clásicos suelos de piedra en los hogares gracias a su capacidad de aislamiento térmico y sus numerosas cualidades tanto técnicas como decorativas, convirtiéndose en una verdadera tendencia que nos acompaña hasta la actualidad.
Con la llegada del siglo XVIII el parquet encuentra su máximo nivel de esplendor. Se realizaban modelos realmente complejos para casas palaciegas en los que se combinaba con otros materiales, como el marfil o el nácar logrando pavimentos realmente espectaculares.
Su elegancia y calidez no pasó desapercibida y pronto su uso comenzó a extenderse a la instalación de suelos en edificios públicos y viviendas burguesas. Para ello se simplificó el trabajo de construcción, huyendo de complicados mosaicos e incrustaciones para dar paso a modelos geométricos que facilitasen su instalación y abaratasen su coste. Durante el siglo XIX surgen de esta manera diseños más sencillos y menos laboriosos que apoyados por el sistema de industrialización llegan hasta nuestros días como son los modelos de parquet a la inglesa, en espiga o en punta hungría o espina de pez.
Ya en el siglo XX nos encontramos con dos hechos clave para entender los suelos de parquet en la actualidad. El primero es la creciente escasez a partir de los años 20 de la madera de roble, material que hasta entonces primaba en la construcción de los suelos de madera y que a partir de ese momento dará paso a nuevos tipos de madera como el castaño o el pino. Como segundo hito nos encontramos con que como ya habíamos comentado con anterioridad, la instalación de los suelos de parquet era bastante laboriosa, por eso para poder competir con nuevos materiales que comenzaban a surgir en la década de los 70 aparecen nuevos métodos de instalación más sencilla como es el caso del parquet flotante.
Tal y como hemos visto a través del breve recorrido por su historia, los suelos de parquet se fabrican a partir de madera noble o maciza que se corta en forma de pequeñas tablillas que se instalarán sobre pequeñas chapas de metal para que así queden bien fijadas entre ellas. A diferencia del parquet, la tarima va a estar formada por planchas de madera de mayor dimensión que las anteriores, formadas por diferentes capas de fibra de madera de alta densidad que se encolan entre ellas para darles dureza formando una única plancha.
Este método de ensamblaje hace que los suelos de tarima resulten más baratos que los de parquet que a su vez resultarán más económicos de instalar que un suelo de madera maciza natural, aunque su resistencia al paso del tiempo tampoco será la misma. El parquet y la madera al estar formados por este material noble en mayor pureza van a conservar mejor todas sus propiedades. Cuanto mayor sea la capa maciza de madera que componga el parquet, mayor será su calidad.
Ahora que hemos llegado aquí ya tenemos una idea formada sobre el origen y las características de los suelos de parquet, pero entonces, ¿qué es el parquet flotante? Como venimos diciendo, el término “flotante” no hace referencia a un modelo en sí, sino a un tipo de instalación.
Una vez explicada que son los suelos de parquet flotante vamos a ver como se instalan:
La instalación de los suelos de parquet flotante es aquella que se lleva a cabo cuando las piezas no se pegan ni se clavan al suelo, sino que su colocación se realiza sobreponiéndose al suelo existente, que funciona como base.
Para este tipo de instalación no resulta necesario el uso de cola ni adhesivos por lo cual no deberemos permanecer fuera de los lugares de instalación mientras se realiza el trabajo ni serán necesarios largos periodos de tiempo para poder pisar el suelo. El único requisito para su instalación es que el pavimento sobre el que se va a colocar esté nivelado.
Lo más común en la instalación de suelos de parquet flotante es colocar una base aislante entre la base y la madera para así prevenir humedades y amortiguar las tablillas al suelo. Una vez colocada esa base se colocarán las tablillas, normalmente con un sistema de encaje tipo macho hembra que permitirá su instalación sin necesidad de usar tornillos ni pegamentos.
Como hemos visto, a pesar del paso de los años, las tendencias o las modas, los suelos de madera han conservado su gran atractivo a lo largo del tiempo, manteniéndose vigentes en la actualidad y presentándose hoy en día como una apuesta segura para el revestimiento de nuestros suelos.
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