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08/02/2022

5 curiosidades de los suelos de madera

En Survara tenemos una relación muy especial con la madera, de ella proviene la materia prima con la que se construyen nuestros suelos. Apasionados de los bosques y del relato de cada uno de los árboles que más adelante pasarán a formar parte tu propia historia, el trabajar con un material noble y vivo como este requiere de una experiencia y un conocimiento de este, que solamente queda al alcance de quienes llevamos años entre virutas, serrín, troncos y tableros.

Desde Survara controlamos todo el proceso de producción de nuestros suelos, desde que se selecciona y se tala la madera en los bosques hasta que las lamas llegan a ti. Habernos convertido en nuestros propios fabricantes nos ha permitido conocer en profundidad y mejor que nadie el material con el que trabajamos, dándonos la oportunidad de seleccionar sólo aquella madera que cumple nuestros requisitos para garantizarte a ti la máxima calidad.

La madera forma parte de nuestras vidas y de nuestro entorno lo que lo convierte en mucho más que un material de construcción cualquiera. Al apostar por un suelo de madera natural Survara estarás apostando por el medioambiente, por la gestión responsable de los bosques, por una economía circular y sostenible y por un material reutilizable. ¿Sabías que el mismo árbol del que salió el material para un instrumento musical puede llegar a formar parte de tu hogar o local comercial?

Queda claro que en Survara somos grandes amantes de lo que hacemos y estamos seguros de que, si has llegado hasta este artículo, el amor por los suelos de madera natural es algo que compartimos. Seguro que conoces a la perfección las bondades de los suelos de madera. Por eso, en el post de hoy, hemos querido acercarte un contenido diferente y contarte 5 curiosidades sobre los suelos de madera natural para que conozcas un poco mejor este longevo material.

1. Los primeros suelos de madera natural

Para ser fieles a la historia a la hora de hablar de suelos de madera en materia de antigüedad tendríamos que retroceder hasta la época de los vikingos. Según aparece documentado a lo largo de la historia, podríamos considerarlos a ellos junto con los griegos o los egipcios como los grandes precursores de los suelos de madera, puesto que ya eran utilizados como revestimiento de las cubiertas de sus barcos.

Si atracamos en tierra firme, las primeras huellas de pavimentos de madera las encontramos en Jerusalén entre los siglos VIII y IV, casi 1000 años a.C y 480 años después de que los israelitas hubieran abandonado Egipto. En estas vetustas fechas fue ordenado construir el templo del Rey Salomón cuyo suelo fue revestido en su totalidad con madera de pino. Para la gran sala central, denominada Hekal, se reservó la madera de cedro. También conocido como el Templo de Jerusalén, esta edificación fue el santuario más importante del reino de Judea y del judaísmo hasta su completa destrucción en el año 70.

2. Un mismo suelo a través de muchas generaciones

En numerosas ocasiones hemos alabado la resistencia y la durabilidad de la madera, pero es que, con los cuidados adecuados los suelos construidos en este material noble son capaces de acompañarnos durante más de una vida. ¿Por qué sino los suelos de madera iban a ser elegidos para el revestimiento de grandes construcciones arquitectónicas como castillos o palacios?

Con el correspondiente tratamiento y un correcto mantenimiento, los suelos de madera maciza natural pueden perdurar con el paso de los años. Encontramos una muestra de esto a través de los suelos de algunos de los edificios más emblemáticos de Europa como, por ejemplo: el Palacio de Versalles o el Castillo de Chantilly, cuya enorme influencia lleva a que hoy en día se siga hablando de modelos de “parquet Versailles” y “parquet Chantilly”.

Destacan también en Europa los hermosos suelos de madera del Palacio Real de Turín en Italia, los del Castillo de Pommersfelden en Baviera (Alemania) o los del Palacio de Schöbrunn en Viena.

En cuanto a los edificios históricos se refiere, en España contamos con los impresionantes suelos de madera del Palacio Real en Madrid o los del Palacio de El Escorial en la misma comunidad.

3. ¿Cuándo llegó la madera a los hogares?

En sus comienzos el trabajo con la madera para el recubrimiento de pavimentos era un proceso muy laborioso. Se utilizaban piezas de madera en bruto, muy vastas y con gran amplitud. Los tablones eran tallados a mano y clavados directamente sobre los suelos de los palacios y casas señoriales.

Con la llegada del siglo XIX estas tablas trabajadas individualmente de manera artesanal pasan a fraccionarse en piezas pequeñas o medianas, más parecidas a como las trabajamos ahora favoreciendo la facilidad de su instalación, así como el diseño de suelos más homogéneos que los que se conocían hasta ese momento.

Otro de los factores que favoreció la instauración de los suelos de madera más allá de las casas adineradas fue la aparición de la máquina de vapor. Este elemento contribuiría a industrializar la fabricación de suelos de madera natural haciendo su precio mucho más asequible.

Por esta época las superficies eran tratadas todavía con un lijado manual y el barniz era sustituido por una mezcla de aceite y cera.

Los nuevos diseños que aparecían como en “Punta Hungría” o en espiga, mucho más sencillos que los trabajados diseños de los antiguos palacios facilitaron inmensamente su instalación, favoreciendo el gran apogeo de los suelos de madera que por su calidez, belleza y características técnicas acabaron destronando a los suelos de piedra para siempre.

4. ¿Sabes dónde comienza el proceso necesario para trabajar la madera?

Efectivamente, se trata de la tala. Todos sabemos que la madera se obtiene a partir de la tala de los árboles, pero ¿qué más sabes de esta? Vamos a contarte un poco más sobre el proceso de obtención de la madera.

Según el proceso de tala podemos hablar de tala rasa o selectiva. La tala rasa es aquella que se lleva a cabo cuando se tala todo un bosque, normalmente con el objetivo de transformar esta área en cuestión por ejemplo en un campo de cultivo. Sin embargo, cuando nos referimos a la tala selectiva estamos hablando de la tala de árboles mayores que luego serán reemplazados por otros nuevos.

Ya con el árbol talado el siguiente paso es cortar todas las ramas y la parte de la corteza, obteniendo así la parte del tronco de la cual se va a sacar la materia prima para tus suelos.

Una vez obtenidos los troncos se transportan a las serrerías, donde se cortan y se apilan para ser acondicionados para su uso y así poder obtener lamas de madera estables, duraderas y resistentes.

Para poder comenzar a trabajar la madera no es necesario ningún tratamiento especial, simplemente debemos dejar que se “seque” ya sea de manera natural o mecánica puesto que en el momento en el que el árbol es talado y cortado la madera que obtenemos tiene mucha agua por lo que se debe esperar a que alcance los niveles idóneos de humedad para poder trabajar con ella, estos niveles se encuentran entre el 12% y el 14% de humedad.

5. Diseños únicos

Cada uno de nuestros diseños es único. Nunca va a existir un suelo de madera natural igual a otro de la misma manera que no existe un árbol exactamente igual a otro. Aunque puedan resultar parecidos entre sí cada suelo de madera natural ofrece diseños exclusivos porque la madera es un material natural, vivo e irrepetible.

La madera es un material bello, noble, duradero y muy resistente, lo cual la convierte en el material perfecto para la construcción de suelos. Asimismo, al elegir uno de nuestros suelos de madera natural estarás apostando por el medio ambiente, contribuyendo a evitar el abandono de los bosques y fomentando la gestión forestal sostenible.